Envuelto en la elegancia del oro blanco de 14 quilates, este collar colgante es una obra maestra diseñada para cautivar y cautivar. En su corazón se encuentra una esmeralda verde de 3,8 mm, de origen natural y sin tratar, cuyo vibrante tono simboliza la renovación y el amor. Rodeando esta preciosa gema, un halo de diamantes meticulosamente seleccionados, con un peso total de 1/3 de quilate, brilla con una claridad incomparable (VS2-SI1) y un grado de color FG, reflejando la máxima pureza y brillo. La pieza se realza aún más con un acabado rodiado, que garantiza que su brillo perdure tan brillante como las estrellas. Suspendido de una cadena de caja de 45 cm que promete seguridad con un cierre de reasa, este colgante no es una simple joya; es una reliquia en ciernes, perfecta para quienes buscan un toque de sofisticación atemporal. Las esmeraldas son la piedra de nacimiento de mayo.