Imbuido de sofisticación y un intrincado juego de luz, este exquisito anillo combina oro amarillo de 10 quilates y oro blanco rodiado en una celebración sinfónica de amor y elegancia. En su corazón se encuentra un diamante de talla princesa de 1/3 de quilate, engastado magistralmente en un bisel especial que realza su brillo y encanto. Rodeando esta gema, diamantes naturales de un total de 5/8 de quilate entrelazan su resplandor a lo largo de un diseño de cuerpo en espiral, intensificando su brillo la ilusión de grandeza. El oro bicolor no solo acentúa el vívido contraste de la pieza, sino que también rinde homenaje a la estética moderna y atemporal, convirtiéndola en el símbolo perfecto de su amor eterno. Abrace esta obra maestra, donde cada faceta está elaborada para atesorarla para siempre.